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CAPÍTULO 6
BIOLOGÍA EXTRAÑA. FENÓMENOS PROPIOS DE LA DIABETES QUE PUEDEN AFECTAR A LA GLUCOSA EN SANGRE
A veces, incluso cuando crees que estás haciendo todo correcto, tus niveles de glucosa no responden como esperas . A veces esto puede ser debido a una o más de las particularidades biológicas que afectan a los diabéticos. El propósito de este capítulo es familiarizarte con algunos fenómenos reales que pueden confundir tus planes, pero que con frecuencia puedes evitar si los conoces.
RESPUESTA DISMINUIDA DE LA INSULINA EN LA FASE I
La imagen 1-2 (capítulo 1, página 47) refleja la respuesta de una persona no diabética a una comida que contiene carbohidratos y proteínas. Cuando la glucosa ingerida a través de la dieta con carbohidratos entra a través del riego sanguíneo, las células beta del páncreas reaccionan o deberían reaccionar inmediatamente liberando gránulos almacenados de insulina. Estos gránulos deberían de haber sido almacenados durante varias horas en prevención de lo que es conocido como un pico de glucosa (esperando que se produzca la conocida tolerancia a la glucosa). Esta rápida liberación es llamada respuesta de insulina en fase I.
Un cuerpo no diabético utilizará esta inmediata liberación de insulina para prevenir un incremento significativo de glucosa en sangre. Como hemos discutido en el capítulo 1 “uno de los factores clave de la diabetes tipo 2 es su capacidad disminuida para hacer esto. Por tanto, los niveles de glucosa en sangre se dispararán después de comer (particularmente con carbohidratos) y caerán a un nivel normal solo tras una respuesta lenta de insulina en fase II (la liberación de insulina recién creada) . Este incremento de glucosa en sangre puede ser minimizado, inicialmente por modificación de la dieta, otros necesitarán dieta y/o antidiabéticos orales o insulina inyectada.
Una posible pero no demostrada explicación para la disminución o ausencia de respuesta de insulina en fase I en diabéticos es que las células beta son aún capaces de producir insulina pero no de almacenarla.
En este modelo, la insulina sería liberada casi tan pronto como es producida. En diabetes tipo 2 muy incipiente, esta incapacidad de almacenar insulina podría también explicar la inapropiada liberación de insulina que a veces sucede cuando el nivel de glucosa ya es bajo. Dichos individuos pueden experimentar niveles de glucemia que son demasiados altos o demasiado bajos en el mismo día, incluso sin medicación. Una explicación alternativa es que la sensibilidad de las
células beta a los cambios en la glucosa en sangre disminuye, por lo que responden inadecuadamente a dichos cambios. GLUCONEOGÉNESIS, FENÓMENO DEL AMANECER Y RETRASO DE VACIADO GÁSTRICO Uno puede empezar a percibir mientras monitoriza su glucemia en ayunas, que al levantarse por la mañana es considerablemente más elevada que la que hay cuando se acuesta, incluso si no se ha levantado para comer algo a medianoche. Hay tres causas habituales para esto: gluconeogénesis, el fenómeno del amanecer y la gastroparesia (retraso en el vaciado del estómago). Gluconeogénesis
Gluconeogénesis, la cual hemos expuesto brevemente en el capítulo 1, es el mecanismo según el cual el hígado (y en menor grado, los riñones e intestinos) convierten aminoácidos en glucosa. La ingesta de proteínas no es la única fuente de aminoácidos. Las proteínas de los músculos y otros tejidos, reciben continuamente aminoácidos desde el flujo sanguíneo y lo reingresan al mismo. Este flujo constante asegura que siempre haya aminoácidos disponibles en la sangre para su conversión en glucosa por el hígado (gluconeogénesis) o para proveer a las proteínas de los músculos y órganos vitales. Algunos diabéticos todavía producen la suficiente insulina para prevenir la gluconeogénesis. No obstante, una vez el nivel de producción de insulina cae por debajo de un determinado valor, el hígado (y los riñones e intestinos) produce glucosa de forma inapropiada y eleva el nivel de glucemia incluso si se está en ayuno. Con toda probabilidad, serás incapaz de controlar este fenómeno únicamente mediante la dieta, particularmente en el caso de los diabéticos tipo 1 o diabéticos tipo 2 que generan demasiada poca insulina para equilibrar la resistencia a la insulina. Para los tipo 2, una apropiada pérdida de peso y ejercicio intenso puede ser más útil para mejorar la sensibilidad del hígado y los músculos, que cualquier remanente de insulina. El tratamiento más fiable implicará medicación, ya sea con antidiabéticos orales (ADO) ó insulina. Sin embargo, si usted es obeso, grandes dosis de insulina pueden incrementar dicha obesidad y hacerle más resistente a la insulina. Por tanto un objetivo crucial debe ser mantener el peso en un índice de masa corporal adecuado.
Fenómeno del amanecer.
Como es sabido soy diabético tipo I. No soy capaz de generar ninguna insulina. Si decido ayunar durante 24 horas (no comer absolutamente nada) necesitaré inyectarme 4 unidades de insulina lenta por la mañana
para prevenir la gluconeogénesis durante 18 horas. Si monitorizo mi nivel de glucosa cada pocas horas, permanecerá constante, confirmando que la insulina está suprimiendo la gluconeogénesis.
Si, 18 horas después de mi primera inyección (y aún en ayunas) me inyecto otras 4 unidades de insulina, el sentido común haría pensar que esta segunda dosis debería suprimir la gluconeogénesis por la noche. Pero en realidad no lo hace. Debo poner una alarma para 4 horas más tarde y entonces inyectarme otras 4 unidades. Por tanto me voy a dormir y me levanto 9-10 horas más tarde. Al levantarme, reviso mi nivel de glucosa. En vez de ser constante, como era durante mis horas recién levantado ahora está en 20-100 mg /dl más alta que como estaba al acostarme.
Si fuera a intentar el mismo experimento una semana más tarde, experimentaría más o menos la misma subida nocturna de glucosa en sangre. ¿Por qué?.
Aunque los mecanismos del fenómeno del amanecer aún no están totalmente demostrados, las investigaciones sugieren que el hígado “desactiva” la insulina en sangre durante las horas tempranas de la mañana mas que en otros momentos del día. No importa tanto si la insulina la genera una mismo que si la inyecta; el hígado no muestra preferencia. Con una inadecuada insulina en circulación para prevenir la gluconeogénesis, los niveles de glucosa serán mayores por la mañana de lo que eran al acostarse1. Esto no es un problema para una persona que no es diabética, porque un organismo con células pancreáticas beta plenamente funcionales, simplemente fabricará más insulina. Los investigadores en realidad han medido niveles de glucosa cada hora a lo largo de la noche. Han descubierto que todo el incremento de glucemia ocurre aproximadamente a las 8-10 horas después de acostarse para la mayoría de la gente afectada. Sin embargo, eso no significa que se deban dormir sólo 7 horas por la noche para intentar evitarlo. Tanto el tiempo que lleva a la glucemia incrementarse, como la cantidad de incremento, varía de una persona a otra. Un incremento puede ser insignificante para algunos y considerable en otros. Esta es una de tantas razones por la que cualquier plan serio de normalización de glucosa en sangre debe ser personalizado. Aunque es más evidente en diabéticos tipo I , muchos diabéticos tipo 2 también muestran síntomas del fenómeno del amanecer. Como se puede ver, los tratamientos descritos en este libro permiten evitar este incremento de glucosa en sangre.
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Consumir alcohol a la hora de acostarse puede inhibir la gluconeogénesis por la noche, pero es un patrón impredecible.
Gastroparesia Este trastorno tiene su capítulo propio en este libro (capítulo 22) y se discutirá allí en detalle. No obstante, es importante mencionarlo en toda lista de factores que permitan hacer una composición de la situación de las lecturas de glucosa en sangre.
La mayoría de la gente que es diabética desde hace muchos años desarrolla cierto grado de daño en los nervios que gobiernan el estómago e intestino. Gastroparesia diabeticorum (el debilitado o paralizado estómago de los diabéticos) es consecuencia de muchos años de niveles elevados de glucemia. Si usted es tipo 1 o tipo 2 que no produce cantidades significativas de insulina, la gastroparesia puede provocar efectos impredecibles en la glucosa en sangre. Al igual que en la diabetes en sí, la gastroparesia puede variar de leve a grave. En casos extremos con estreñimiento, eructos, vómitos, ardores en el pecho o estómago hinchado. Sin embargo, es mucho más habitual la leve, en la cual los síntomas físicos no son aparentes pero los niveles glucémicos son erráticos. Los problemas serios de la gastroparesia surgen con la administración de insulina. Si se administra la insulina antes de una comida para prevenir una posterior subida del glucosa en sangre pero la comida permanece en el estómago y por tanto la glucosa no entra en el flujo sanguíneo como estaba previsto, la insulina podría disminuir el nivel de glucemia tanto que se llegara a niveles muy bajos y potencialmente peligrosos. Conozco tres individuos que experimentaron episodios diarios de inconsciencia y espasmos continuos después de las comidas durante muchos años antes de que les conociera y les diagnosticara su patología. Existen, sin embargo, varias formas de mejorar significativamente los niveles de glucosa a pesar de lo impredecible de esta condición. Y son expuestos en el capítulo 22.
ESTRÉS Y GLUCOSA EN SANGRE Estrés emocional sostenido Durante años, muchos los médicos han estado culpando al estrés emocional como responsable de las frecuentes variaciones inexplicables de glucosa en sangre que experimentan muchos pacientes. Este es seguramente un diagnóstico evasivo y posiblemente autocomplaciente. Así se deposita la responsabilidad de las variaciones inexplicables de glucemia sobre los hombros del paciente y deja al médico sin la
obligación de examinar el régimen de tratamiento. Ciertamente, no hay duda de que el estrés puede tener efectos adversos sobre su salud. He revisado más de un millón de registros de glucosa en sangre de muchos pacientes, incluidos los míos. Un rasgo común de todos estos datos es que el estrés emocional más prolongado rara vez tiene un efecto directo sobre la glucemia. Sin embargo, este tipo de estrés puede llevar asociado un efecto secundario que es la precipitación de comer en exceso, atracones o indulgencia en la forma de comer, lo que puede provocar el incremento de glucosa en sangre.
Conozco a muchos diabéticos que están involucrados en matrimonios estresantes, divorcios, pérdidas económicas, lenta agonía de un familiar cercano, y las innumerables situaciones estresantes sostenidas en la vida que todos debemos soportar. Todas estas situaciones estresantes tienen un nexo común: no son repentinas pero generalmente duran días o incluso años. Todavía no he visto una situación de este tipo que provoque ella sola el aumento de glucosa en la sangre (o que la disminuya). Una cosa importante a recordar durante estos periodos de la vida cuando todo parece fuera de nuestro control es que al menos puedes controlar una cosa: tu glucosa en sangre. Picos de adrenalina
Muchos pacientes han informado de repentinas subidas de glucemia después de breves episodios de estrés severo. Ejemplos incluyen accidente de automóvil sin heridas físicas; dar una charla ante una gran audiencia; hacer exámenes muy importantes en el colegio; y tener discusiones a punto de volverse violentas. En ocasiones soy entrevistado en la televisión y en esos casos chequeo y si es necesario, ajusto mi nivel de glucosa en sangre inmediatamente antes y después de estas apariciones. Hasta que finalmente me acostumbré a esto, mi glucosa en sangre subía inevitablemente 75-100 mg/dl, aunque por fuera pareciera relajado. Como regla de oro, desde mi experiencia personal y lo que he observado en mis pacientes, podría decir que si un acontecimiento puntual es lo suficiente estresante como para que aumente nuestra epinefrina (adrenalina), como lo indica el ritmo cardiaco elevado y los temblores, es probable que aumenten nuestros niveles de glucosa en sangre. La epinefrina es una de las hormonas contra-reguladoras que hacen que el hígado convierta el glucógeno almacenado en glucosa. Por eso, a menudo es llamada como respuesta de “lucha o huida“, tu cuerpo intenta proporcionarte la energía extra para enfrentarte al enemigo o correr como alma que lleva el diablo para alejarte. Los diabéticos tipo 2 que producen bastante insulina, son menos proclives a que estas situaciones estresantes afecten su nivel de glucosa, que aquellos que producen poca o ninguna.
Un incremento ocasional de la glucemia después de un acontecimiento muy estresante, bien puede haber sido provocado por el mismo. Por otro lado, niveles inexplicadamente elevados de glucosa en sangre mantenidos durante días o semanas raramente son debidos al estrés. No conozco ningún caso donde un estrés emocional prolongado cause glucemias fuera de la normal en sujetos tanto diabéticos como no diabéticos. Por tanto, si experimentas cambios en tu nivel de glucosa prolongados en el tiempo e inexplicables después de largos periodos de niveles normales de glucosa, es prudente buscar la causa en otra cosa distinta al estrés emocional. Anestesia general
Si no estás tratado con una dosis especial de insulina, los diabéticos tipos 1 y muchos tipo 2 con niveles normales de glucosa en sangre previos, pueden experimentar durante la cirugía que implica anestesia general, aumento de su glucemia.
Resistencia a la insulina causada por niveles elevados de glucosa.
Hay al menos cinco causas de resistencia a la insulina: hereditaria, deshidratación, infección, obesidad y niveles elevados de glucemia. La habilidad de la insulina para facilitar el transporte de glucosa al hígado, músculo, grasa y a otras células es perjudicada a medida que aumenta el nivel de glucosa en sangre. Esta reducida efectividad de la insulina, conocida como resistencia a la insulina, ha sido atribuida a un fenómeno llamado defecto postreceptor en la utilización de la glucosa. Si, por ejemplo, una unidad de insulina inyectada o producida por el organismo normalmente baja la glucosa de 130 a 90 mg/dl, alguien con resistencia a la insulina causada por una elevada glucosa sanguínea, puede requerir tres unidades para bajar de 430 a 390 mg/dl. Consideremos lo que puede ocurrir si yo, un diabético tipo 1, en ayunas me inyecto la insulina de acción lenta justa para que mantenga mis niveles en 90 mg/dl durante 18 horas. Si como 8 gramos de glucosa (lo suficiente para elevar mi glucemia hasta 130 mg/dl) las probabilidades son que, debido a la elevada glucemia, mi glucosa además de llegar a 130 mg/dl, continúe subiendo lentamente a lo largo del día, así que 12 horas después de consumir esta glucosa mis niveles estén en 165 mg/dl. La resistencia a la insulina ocurre, al menos en diabéticos tipo 1, cuando los niveles de glucosa aumentan, y estos niveles han de corregirse tan rápido como sea posible. Retrasarlo solo provocará un mayor aumento de la glucosa. Dado que los diabéticos tipo 2 producen algo de insulina su organismo puede corregir estas subidas automáticamente. Hablaremos
de la resistencia de insulina por deshidratación en el capítulo 21. Se hablará de las infecciones al final de este capítulo y también en el capítulo 21. EL EFECTO RESTAURANTE CHINO (conocido después como EFECTO INCRETINAS)
Hace unos años una paciente me preguntó por qué sus niveles de glucosa subían de 90 a 300 mg/dl cada tarde después de practicar natación. Le pregunté qué había comido antes de ir a nadar. “ Nada, solo un alimento libre” respondió. El alimento libre era una lechuga. Cuando le pregunté qué cantidad comía antes de la natación, ella contestó “ una cabeza de lechuga”. Una cabeza de lechuga contiene aproximadamente 10 gramos de carbohidratos, los cuales pueden subir la glucosa de un adulto sobre 50 mg/dl máximo. ¿Entonces cómo se explican los otros 160 mg/dl de subida en su glucemia?
La explicación está en lo que yo llamo el Efecto del restaurante Chino. A menudo los restaurantes Chinos contienen en sus menús grandes cantidades de proteínas o comida baja en carbohidratos de acción lenta, como brotes de soja, col china, champiñones, brotes de bambú y castañas de agua, que hacen que te sientas saciado. ¿Cómo estos alimentos bajos en carbohidratos afectan de forma tan exagerada a la glucemia? La parte superior del intestino delgado contiene células que liberan hormonas al flujo sanguíneo cuando son estiradas, como es el caso después de una comida. Estas hormonas activan el páncreas para producir algo de insulina y así prevenir la subida de glucosa en sangre que seguiría de todas formas a la digestión de una comida. Comidas copiosas causarán mayores esfuerzos de las células intestinales las cuales en respuesta secretarán proporcionalmente mayores dosis de estas hormonas “incretinas”. Dado que una muy pequeña cantidad de insulina liberada por el páncreas puede causar una enorme caída en el nivel de glucemia, el páncreas simultáneamente produce la hormona glucagón que es menos potente, para compensar el excesivo efecto potencial de la insulina. Si usted es diabético y deficiente en la producción de insulina, podría no ser capaz de liberar insulina, pero seguirá liberando glucagón, el cual provocará gluconeogénesis y glucogenolisis y como consecuencia elevará el nivel de glucosa en sangre. Así, si usted come suficiente para sentirse empachado, el nivel de glucosa puede elevarse en gran cantidad, incluso si se come algo no digerible, como el serrín. Incluso una pequeña cantidad de una sustancia no digerible causará un
incremento del nivel de glucosa en sangre en diabéticos tipo 1 si no está apoyado por una inyección de insulina. Es decir, cualquier sólido estimulará el glucagón a través de las hormonas (incretinas) del intestino. Complicando las cosas, las células beta pancreáticas también producen una hormona llamada amilina. La amilina inhibe la efectividad del glucagón e influye en el cerebro para causar sensación de saciedad. También retrasa el vaciado del estómago para evitar el exceso de ingesta. Con poca o ninguna célula beta funcionante, los diabéticos no generan suficiente amilina y consecuentemente tienden a permanecer hambrientos después de comer ó muestran un exagerado Efecto del restaurante Chino. Desde la primera edición de este libro, los sustitutos de la amilina han ido apareciendo y encontrando un importante uso en la prevención del exceso de ingesta (ver capítulo 13, página 214 “Mimética de la incretina: una excitante nueva clase de drogas para luchar contra el exceso de ingesta”). La primera lección aquí es: No te empaches. La segunda lección es : No hay ningún alimento “libre” 2 . Toda comida sólida que se ingiera puede elevar el nivel de glucemia 3. Si no se puede controlar el exceso de apetito ver capítulo 15, página 260 (“Acarbosa: para gente cuya ansia de carbohidratos no puede ser controlada”). LOS EFECTOS DEL EJERCICIO SOBRE LA GLUCOSA EN SANGRE El ejercicio puede tener variados efectos sobre la glucosa en sangre. Dependiendo de muchas variables , incluyendo el tipo de ejercicio, el vigor con el que se realiza, a qué hora se lleva a cabo y qué tipo de medicación se esté usando en caso de que se use alguna. Estos efectos son demasiado variados y numerosos para discutirlos en este breve espacio. Por favor consulte el capítulo 14 “Uso del ejercicio para mejorar la sensibilidad a la insulina y el envejecimiento lento” si se está iniciando en un programa de ejercicios o encuentra los niveles de glucosa en sangre afectados de forma impredecible por el actual programa de ejercicios.
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Excepto para líquidos no calóricos que circulan a través de los intestinos sin causar distensión.
Muchos lectores de China me han mandado emails explicándome que en sus restaurantes no usan salsas dulces, por lo que este efecto no se puede aplicar a ellos. Esto es un malentendido del efecto (el Efecto del restaurante Chino es causado por cualquier comida sólida contenga ó no hidratos.
EL PERIODO DE LUNA DE MIEL
En el momento que son diagnosticados los diabéticos tipo 1, normalmente han experimentado altos niveles de glucosa en sangre que causan una gran cantidad de síntomas desagradables como pérdida de peso, micción frecuente y una gran sed. Estos síntomas disminuyen poco después de que el tratamiento con insulina inyectada comience. Después de unas pocas semanas de terapia insulínica, muchos pacientes experimentan una considerable reducción de sus necesidades de insulina, casi como si la diabetes se hubiera revertido. Los niveles de glucosa pueden llegar a ser casi normales, incluso si te saltas alguna inyección de insulina. Este benigno periodo de luna de miel puede durar semanas, meses o incluso un año. Si el tratamiento médico es el convencional, el periodo de luna de miel termina finalmente y aparece la gran conocida oscilación en montaña rusa de glucemia.
¿Por qué el periodo de luna de miel no dura para siempre? Mi experiencia con los pacientes me indica que sí es posible con el tratamiento adecuado. Pero hay muchas razones probables para que esto no ocurra con el tratamiento convencional. Al tiempo que escribo esto, sin embargo, siguen siendo especulaciones.
- El páncreas humano normal contiene muchas más células beta de las necesarias para mantener en el nivel normal la glucosa en sangre. Para que los niveles de glucemia se incrementen, normalmente hace falta que al menos un 80% de las células beta sean destruidas. En la diabetes tipo 1 temprana, muchas de las restantes células beta de ese 20% han sido debilitadas por la toxicidad de la glucosa provocada por las constantes hiperglucemias y por el sobreesfuerzo al que son sometidas esas células beta. Estas células beta pueden recuperarse si se les da un descanso gracias a la ayuda de insulina inyectada. Sin embargo, incluso si se recuperan, deben trabajar al menos cinco veces más duro para igualar el trabajo de un páncreas normal que trabaje al 100% de su capacidad. Finalmente, con el tratamiento convencional, este sobreesfuerzo de trabajo hace que se agoten.
- Se cree que niveles altos de glucosa en sangre son tóxicos para las células beta. Incluso una breve hiperglucemia después de una comida alta en carbohidratos va teniendo pequeños costes. Con el tiempo, el efecto acumulativo puede inutilizarlas por completo.
- El ataque autoinmune sobre células beta, la presumible causa de la diabetes tipo 1, está enfocado sobre varias proteínas. Una es la insulina y la otra es la GADA, presente en las vesículas especiales (o burbujas) que son formadas en el exterior de la membrana de las células beta. Estas vesículas contienen gránulos de insulina. Normalmente estos gránulos irrumpen en la superficie de la célula, liberando la insulina dentro del
torrente sanguíneo. A más vesículas creadas cuando más insulina es fabricada, mayor es el ataque autoinmune sobre las células beta. Si se libera menos insulina, la GADA se expone a menos ataques. Basado en mi experiencia con el gran número de diabéticos tipo 1 que he tratado desde el momento del diagnóstico, estoy convencido de que el periodo de luna de miel puede ser prolongado indefinidamente. El truco es ayudar al páncreas y mantenerlo lo más inactivo posible. Con el uso meticuloso de pequeñas dosis de insulina inyectada y siguiendo una dieta muy baja en carbohidratos, creo que la capacidad remanente del páncreas puede ser preservada. TESTOSTERONA Y RESISTENCIA A LA INSULINA
Bajos niveles de testosterona libre en suero pueden causar resistencia a la insulina en los hombres, y niveles elevados pueden causar resistencia a la insulina en mujeres. En el apéndice E llamado “Síndrome del ovario poliquístico” se habla de este tema aplicado a las mujeres, aquí solo vamos a cubrir el tema de la baja testosterona en hombres.
Los datos que hacen que evalúe a hombres de posibles niveles bajos de testosterona libre en suero son:
- Exceso de tejido mamario
- Obesidad abdominal sin comer en exceso
- La necesidad de inyectar grandes dosis de insulina (normalmente más de 65 unidades por día) para así normalizar la glucemia.
Estos tres síntomas no tienen porqué darse todos (con uno de ellos es suficiente para pedir una analítica de sangre).
Cuando la testosterona libre en suero está por debajo de la quinta parte del rango normal, les prescribo auto-inyecciones de testosterona cipionato (200 mg/ml) una o dos veces por semana. Entonces periódicamente volvemos a medir en sangre, en un día a mitad del periodo entre dos inyecciones y repetimos la analítica hasta que el nivel se encuentre en la mitad del rango normal. Suelo comenzar con inyecciones de 0.2 ml con una jeringa de tuberculina o 20 unidades con una jeringa de aguja larga de insulina.
No prescribo gel de testosterona ni parches cutáneos porque la mayoría de los pacientes sufren irritaciones o dificultad para recordar su uso. Suelen preferir inyectarse una o dos veces por semana. Con el uso de la testosterona observo generalmente en torno a un tercio de bajada en las necesidades de insulina y una pérdida de peso más rápida.
INFECCIÓN Y SUS EFECTOS EN LA GLUCEMIA
Otra causa de estrés a la cual tu cuerpo puede verse sometido es la infección y puede echar a perder los mejores esfuerzos para controlar el nivel de glucosa en sangre. He dejado esta categoría de estrés para el final no porque sea la menos importante, sino porque cuando aparece, puede ser la más importante. Por ejemplo, una infección de riñón puede triplicar los requisitos de insulina por la noche. Cuando el nivel de glucosa en sangre sube inesperadamente después de niveles normales es necesario sospechar una infección. Me he percatado que mis propios niveles de glucosa suben 24 horas antes de la aparición de una infección de garganta o un resfriado. Todos en mi familia toman pastillas de Sambuco (elaboradas de un extracto del árbol del saúco negro) al primer síntoma de un resfriado, y yo lo recomiendo encarecidamente. Las puedes comprar por correo en la farmacia Rosedale, (888) 796-3348; desde www.rx4betterhealth.com o en la mayoría de los herbolarios. Infecciones dentales
A menudo, las infecciones dentales no son obvias, pero los niveles altos de glucemia causan infecciones dentales y en el clásico círculo vicioso de la diabetes, estas infecciones pueden causar niveles grandes hiperglucemias. En estas condiciones no se puede controlar fácilmente el nivel de glucosa en sangre. Raramente he encontrado a un diabético de larga duración sobre los cuarenta años de edad (con una historia de niveles de glucosa descontrolados) que conservara todos los dientes. Las infecciones dentales frecuentes pueden ser un síntoma de diabetes para los que todavía no han sido diagnosticados. He tenido muchos pacientes que han sufrido múltiples endodoncias o tratamientos de las encías previos al diagnóstico de diabetes.
Si tu insulina 4 “no funciona”, es decir, tu dosis habitual no está funcionando como debería y estás convencido de que tu insulina no está contaminada (por ejemplo, reutilizando jeringas) o caducada, el primer lugar en el que hay que mirar es en la boca. Inicialmente observa tus encías por si hay algún signo de infección, por ejemplo, enrojecimiento, hinchazón o reblandecimiento al apretar. Pon algo de agua con hielo picado en tu boca durante 30 segundos. Si un diente duele debes sospechar una infección.
Pide cita de urgencia con tu dentista de inmediato. Él puede determinar si tienes una infección superficial, incluso hacer rayos X de la zona dental sensible, pero debería derivarte a un endodocista, un dentista que realiza endodoncia ó trata el hueso de la mandíbula) o un periodoncista (el que trata la infección de encías). 4
O antidiabéticos orales para el control de la diabetes.
Este tipo de infección es extremadamente común en diabéticos y debe ser encarrilada tan rápido como sea posible para permitir el control de tus niveles de glucosa. Lo discutiremos en detalle en el capítulo 21.
Inflamación (posiblemente la causa oculta de la insulino-resistencia)
Como es sabido hoy en día, la diabetes tipo 2 implica dos defectos metabólicos, la insulino-resistencia y una inadecuada producción de insulina para superar esa resistencia. Aunque la insulino-resistencia puede ocurrir en muchos puntos del ciclo del metabolismo de la glucosa, parece que hay un factor común que causa los defectos en gran variedad de estos puntos, la inflamación. La inflamación surge de la respuesta del sistema inmune a intrusiones tales como las infecciones. Cuando una herida se infecta, el dolor, hinchazón, enrojecimiento, calor y producción de pus o fluidos son todos síntomas de la respuesta inmune que busca destruir los organismos intrusos. Otras causas de inflamación que pueden generar insulino-resistencia son la grasa mesentérica que cubre los intestinos (obesidad abdominal), desórdenes autoinmunes tales como el lupus eritematoso, la artritis reumatoide juvenil, y la celiaquía. Es presumible que incluso una herencia genética desafortunada pueda causar otros desórdenes inflamatorios desconocidos.
He tenido múltiples pacientes que también tienen lupus. Ese lupus con frecuencia se volvía más severo en clima cálido y de noche. Estas eran las ocasiones en que sus glucemias se elevaban dramáticamente.
A veces, pero ciertamente no siempre, los marcadores de la inflamación se mostrarán al analizar la sangre. Dichas pruebas incluyen suero beta 2 microglobulina, proteína C reactiva, ferritina, complemento C3, velocidad de sedimentación globular, factor de necrosis tumoral alfa, y actividad de fibrinógeno en suero. Cuando uno o más de estos test son positivos puede estar justificada la visita a un inmunólogo .
He visto informes de muchos estudios donde los antioxidantes de los antiinflamatorios han sido supuestamente utilizados con éxito para reducir la insulino-resistencia, pero nunca lo he observado de primera mano. No me opongo a la experimentación, pero tampoco espero resultados espectaculares. Algunos de los tratamientos planteados incluyen té verde y su extracto, ácido R-alfa-lipoico (R-ALA), y fuentes de ácido grasos omega 3 tales como aceite de pescado, semillas de lino, y aceite de perilla . Responderé personalmente preguntas de los lectores una hora al mes. Este servicio gratuito está disponible visitando http://www.diabetes-book.com/free-teleseminar-registration/